Thursday, January 24, 2008

El periodismo luego de Uchuraccay


Hace 25 años, en un remoto poblado de los Andes, ocho periodistas fueron asesinados cuando cumplían su misión informativa. ¿Cuánto ha cambiado el periodismo desde entonces? Mucho a juzgar por la muestra patética que tenemos hoy.

En aquellos años, los periodistas solían ir a las provincias azotadas por el terrorismo y enviaban sus reveladores informes, guardando por supuesto las mínimas normas de seguridad. Iban, por lo general, acompañados de un fotógrafo y tenían como principal instrumento una libreta de apuntes.

No existían las computadoras ni las sofisticadas cámaras digitales que hoy conocemos. Sin embargo, su información era muy rica. Estábamos terminando la secundaria y solíamos leer con fruición los reportajes de Caretas, Oiga, La República, entre otros. El Comercio nunca brindó mayor cobertura a las noticias que venían de las zonas de emergencia.

Hoy las cosas han cambiado, lamentablemente para mal. El rebrote del terrorismo ha cogido al periodismo en una etapa de adormecimiento. La cobertura periodística se hace ahora desde Lima y se limita a una mediocre transcripción de un parte oficial, al cual se le añade generalmente la opinión de un “especialista” o “experto” en terrorismo.

Los 25 años de Uchuraccay deben ser un momento de reflexión dentro del periodismo peruano para retomar esa tradición informativa de reportear desde el lugar de los acontecimientos, y no desde la oficina de relaciones públicas de un ministerio o alguna ONG. Ese es el mejor homenaje que se les puede dar a los valientes hombres de prensa.