Wednesday, March 07, 2007

¿Periodismo de investigación o soplo?


¿Las denuncias periodísticas de las últimas semanas han sido fruto de una investigación o fueron filtradas por organismos de inteligencia que reponden a intereses privados? Esta es más o menos la reflexión de Mirko Lauer en su columna de La República.

De acuerdo a sus indagaciones "existe ya un par de organizaciones de inteligencia paralelas a las establecidas por ley, y trabajan las 24 horas". Y añade: "Una de ellas se habría establecido por cuenta propia en torno de un importante personaje del gobierno, e incursiona por igual en los asuntos políticos y en los negocios privados".

Más adelante dice: "La situación no es muy distinta de la de los años 90, en que –después se supo– no eran infrecuentes el chuponeo, el espionaje industrial, las campañas concertadas en los medios, los operativos psicosociales y otras perlas, siempre a no mucha distancia de alguna forma de protección oficial. Pero hay variantes que corresponden a estos tiempos".

Evidentemente Lauer se está refiriendo a Panorama y La ventana indiscreta, dos programas de televisión que se han convertido en la caja de resonancia de los sicosociales apristas. Lo más probable es que todas las denuncias contra Mazzetti, Gildemeister, y últimamente contra Benedicto Jiménez, hayan llegado en sobre cerrado a la mesa del mandamás del canal.

Y como siempre, el trabajo sucio lo hacen los jóvenes reporteros ansiosos por aparecer como grandes investigadores.

En círculos militares es vox populi que uno de los organismos de inteligencia privados, aludidos por Lauer, estaría vinculado al dueño de Frecuencia Latina. Incluso la revista Caretas demostró hace algunos años que el chuponeo telefónico a Olivera y Delgado Parker se realizó desde un inmueble vinculado al broadcaster-colchonero, conocido por espiar a sus propios periodistas.

La concertación entre cierta prensa y los sectores oscuros del gobierno, sin embargo, supone un riesgo, pues cuando empiece el desgaste natural del régimen, tanto La ventana indiscreta como Panorama, podrían abandonar a su actual socio y ventilar al aire sus enjuagues. ¿Y el gobierno aprista qué hará entonces?

Mirko Lauer ensaya una respuesta: "Es aquí donde entra Agustín Mantilla, cuya aparición en escena coincide casi a la hora con el ingreso de Luis Alva Castro al ministerio del Interior. Quizás el ex ministro se estaba ofreciendo como un antídoto contra estos peligrosos negocios privados con la inteligencia. Ya nos enteraremos cuando empiece la campaña contra él".